LOS TRES MONOS SABIOS
Nuevo poster decorativo en la tienda, en este caso de Mafalda, imitando a los famosos tres monos sabios. Pero, sabeis de dónde viene la historia?
¡Os la contamos ya que pocos saben el significado para la vida cotidiana de esta escultura de madera del siglo XVII.
Emplazados en un establo del santuario de Toshogu, en un pueblo de montaña al norte de Tokio, la traducción de sus propios nombres – Mizaru, Kikazaru e Iwazaru– es “no ver, no oír y no decir”, pero ¿a qué se refiere exactamente? El origen de estos populares animales podría estar en un proverbio que dice: “No veas lo malvado, no escuches lo malvado, no digas con maldad”, y que, al parecer, proviene de las escrituras de Confucio.
Sin embargo, existe un paralelismo entre el mensaje de los monos y los tres filtros de Sócrates.
De forma muy resumida, esta historia atribuida al sabio ateniense cuenta que un discípulo acudió a su casa para comunicarle que un amigo suyo le había estado criticando. Antes de que el mensajero pudiera proseguir, Sócrates le preguntó si ya había pasado aquello que quería decirle por los tres filtros, que se corresponden con estas tres preguntas:
Verdad: ¿Has examinado con detenimiento si aquello que quieres decir es verdadero en todos sus puntos?
Bondad: ¿Lo que quieres explicar es por lo menos bueno?
Necesidad: ¿Es imprescindible que cuentes esto?
En el caso de Sócrates, su discípulo contestó a los tres filtros con un “no”, a lo que el sabio contestaría:
–Si lo que querías contarme no es verdadero, ni bueno ni necesario, mejor enterrémoslo en el olvido.
La enseñanza de estos tres animales sabios se puede resumir así: tu mente crea tu mundo, así que vigila lo que entra y sale de ella.
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